domingo, 28 de octubre de 2007

¿Qué hacemos? / La tercer reacción

“Mueren 2 personas en una choque en la ruta . . . “
“Asesinan a empresario a sangre fría frente a su esposa e hijos para robarle . . .”
“Encuentran a un grupo de extranjeros trabajando en condiciones de esclavitud en el barrio de . . .”
“El robo de automóviles aumentó un 32% en el último año en . . . “
“Decomisan un cargamento de indumentaria falsificada en un operativo . . .”
“La cifras de muertos por accidentes de tránsito en Argentina supera las 22 personas promedio por día . . .”


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Jueves por la mañana. Suena el celular.
- “Carlos, soy Marcela, la esposa de Andrés. Me acaba de avisar mi marido que le robaron el auto de la puerta del negocio de un cliente. Me dijo que te llamara para que me digas qué hacemos”.
Ese “que hacemos” retumbó en mi mente y me dejó unos segundos en silencio. En ese pequeño lapso (que no fueron más de 2 segundos) me “asaltó” un “qué hacemos filosófico”. Recordé unos comentarios que había escuchados unos días antes y ese “qué hacemos” se transformó en algo que va más allá de la pregunta puntual. Algo más profundo, más alto, más complejo. Y, en 2 segundos encontré “la tercer reacción”.
Volvió a aparecer la voz de Marcela:
- Carlos, me escuchas, ¿qué hacemos?
Volví a la realidad y el “qué hacemos” se convirtió en una respuesta práctica y operativa, que era la que Marcela y su marido necesitaban: - “Decile que haga la denuncia en la Comisaría de la zona y cuando vuelva a su oficina me llame para completar la denuncia a la aseguradora”.

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A fines de agosto de 2007 se realizó el Foro Nacional de Seguros 2007 organizado por la Asociación Argentina de Productores Asesores de Seguros y las revistas TodoRiesgo y Estrategias. Uno de los expositores (Eduardo Felizia vicepresidente de la Asociación de Aseguradores Argentinos) en su introducción al tema que iba a exponer hizo referencia a una frase del filósofo español Ortega y Gasset: “argentinos a las cosas”.

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Fueron 2 segundos más o menos. En ese pequeño lapso pude comprender y encontrar una solución (o una pequeña parte de la solución) al problema de “qué hacemos para modificar la penosa y dolorosa realidad en la que vivimos”. La llamé “la tercer reacción”

El diagnóstico de los males lo sabemos de memoria. Las primeras hojas de los diarios o los noticieros de la radio nos despiertan cada mañana con los dramas cotidianos: robos, secuestros, asesinatos, asaltos, choques, vuelcos en las rutas, violaciones, accidentes domésticos, incendios. Tragedias, tragedias y más tragedias.

La primera reacción es buscar al “culpable” en el otro: el gobierno, los funcionarios, las instituciones públicas y privadas, los jueces, la policía, en pocas palabras, todos los que tienen funciones ejecutivas y deberían actuar para mejorar la seguridad vial, la seguridad pública, la propiedad privada . . .


La segunda reacción es encontrar a los “culpables” entre los “irresponsables de siempre”, los jóvenes, los viejos, los marginados, la droga, el alcohol, los que corren picadas . . .

Y, en general, no existe una “tercer reacción”. Todo termina aquí. Los demás son unos irresponsables que no cumplen las normas, que no respetan las leyes, que son corruptos o corruptibles y mil excusas más.

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Cuando estaba en la secundaria me enseñaron que el vivir en una sociedad tiene muchas ventajas pero también limita nuestra libertad. No podemos hacer lo que queramos. O podemos hacerlo hasta que nuestro accionar afecte la libertad y derechos de nuestro prójimo.
En una sociedad organizada los ciudadanos tienen derechos y también obligaciones. Si solo se “usan” los derechos pero no se aceptan las “obligaciones” vamos por mal camino.
El vivir en una sociedad organizada requiere de los ciudadanos ser “responsables”. Asumir su responsabilidad como integrantes de un grupo humano, más o menos grande (ciudadano de un país, de una provincia, de una ciudad, de un club, de un edificio en propiedad horizontal, de una parroquia, o de lo que sea) es el primer paso, lo básico y fundamental para que exista una sociedad y no impere la “ley de la selva” o “la ley del más fuerte”.

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“Argentinos a las cosas” vs. Buscar la solución en “los otros”

Y aquí aparece (o debería aparecer) la tercer reacción: Y yo, ¿qué hago?

> Manejo después de haber bebido más de una copa de vino o cerveza?
> Reviso periódicamente el estado de los frenos de mi auto y de los neumáticos?
> Respeto las señales de tránsito o donde dice “Velocidad máxima 40km” voy a 60 porque “a 40 van los que no saben manejar”.
Cuando se lee en los diarios que un auto perdió un neumático en una autopista o que chocaron de frente 2 vehículos o que volcó un camión en una ruta, sabemos el porqué?. En general las fallas humanas representan más del 90% de los accidentes viales: mal o ningún tipo de mantenimiento, no respeto de las indicaciones viales, no uso del cinturón de seguridad, menosprecio y falsa suficiencia al manejar alcoholizado . . .
Hace unos días chocó un taxi con un auto en Av. Córdoba y Riobamba a la madrugada. El conductor del auto cruzó el semáforo en rojo porque (según dijo) a esa hora “no pasa nadie por Riobamba” (salvo ese taxi !!!)


> Compro ropa, libros, pilas o pequeños electrodomésticos a los vendedores ambulantes en la calle, tren, colectivo o subte o lo hago en comercios legales?
> Reparo mi auto en talleres mecánicos que compran los repuestos originales o los usados con la oblea oficial?
Cuando leemos en el diario, escuchamos en la radio, vemos en la TV o charlamos en el trabajo o con amigos sobre el aumento de los robos y asesinatos, ¿recordamos que nosotros llevamos hace unos meses a reparar el auto en el taller mecánico más económico y que no nos preocupamos en averiguar la procedencia de los repuestos?. Es posible que el intento de robo de un auto similar al nuestro que terminó en un asesinato porque el conductor se resistió al asalto haya sido provocado por la necesidad de un guardabarro delantero derecho que alguien buscaba.


> Y qué decir de los explotadores que tenían trabajando en condiciones infrahumanas a un grupo de extranjeros en talleres textiles clandestinos. No habremos sido “cómplices” cuando compramos una remera Ives Saint Laurent trucha en la calle?.
> O cuando conseguimos de un amigo de un conocido un MP3 a mitad de precio no estaremos incentivando a los “piratas del asfalto” que roban cientos de camiones al mes en la provincia de Buenos Aires?

> Este mes, pagamos los impuestos?. O “inventamos gastos” para pagar menos. O trabajamos “en negro” para que “la AFIP no se lleve parte de nuestro esfuerzo”.
Será por que nos olvidamos de imputar una venta importante que los maestros cobran poco, la Policía no tiene móviles o los tiene en pésimo estado o que no se puede construir mejores escuelas, rutas, caminos o que se muere un chico en Formosa por desnutrición.
Es probable que haya que cambiar las leyes impositivas, las normas de la AFIP y montón de reglamentaciones y resoluciones abusivas, pero, mientras tanto, cumplimos o no?.

> Cruzamos un semáforo en rojo o circulábamos a más de 100km por hora donde la máxima era de 60 y nos detiene la policía. Aceptamos la multa porque jamás se nos ocurriría “arreglar” la situación?. Jamás o justo ese día consideramos que podemos contribuir con la “cooperadora policial”?.

> Reclamamos justicia pero no aceptamos que la Policía cumpla con su deber porque “viola los derechos humanos” ?. Queremos jueces probos, ecuánimes y que tengan como misión respetar las garantías que la Constitución y las leyes establecen hacia los ciudadanos o jueces “garantistas” que dejan asesinos, violadores, traficantes y delincuentes en la calle porque un funcionario no les leyó claramente sus derechos cuando fue apresado o porque “el asesinado no puede declarar e informar las circunstancias de su asesinato” o le dan la mitad de la condena porque el asalto se produjo con un arma de “juguete”.

> Cuando votamos en las elecciones presidenciales, provinciales, municipales, del club, del Colegio profesional o en donde podamos hacerlo, elegimos con el bolsillo o con la cabeza?. Analizamos las consecuencias de nuestro voto o elegimos un nombre simpático, una foto o un logo y no un proyecto.


En pocas palabras o, mejor dicho, en 2 palabras: ¿ SOMOS RESPONSABLES ?

Ser responsable significa RESPETAR al prójimo. Respetarlo significa que una sociedad puede funcionar. Todos tenemos los mismos derechos y las mismas obligaciones y su uso y su cumplimiento es la base de una sociedad justa.
Que otras personas sean los responsables de los accidentes, que el gobierno no cumpla con sus funciones, que todos los males sean responsabilidad de “los otros” y que yo no tenga “nada que ver” es una manera fácil y cómoda de “subsistir”.
Pero creo que nuestra vida no debe limitarse a esa “subsistencia” sino que debemos aspirar a más y para lograrlo debemos ser responsables y seres activos y no meros espectadores en cada uno de los lugares o ámbitos donde nos toca vivir.

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Tengo una duda que en esos 2 segundos “filosóficos” no me pude contestar: si todos actuamos responsablemente y cumplimos con nuestras obligaciones y reclamamos nuestros derechos, podrán reducirse los robos, los asaltos, los accidentes, los asesinatos, y todas las tragedias, sufrimiento, dolor y angustia que esto provoca?.

Creo que sería bueno probar para ver qué pasa, no?

Por consultas, comentarios, opiniones o preguntas --> colombo@colomboasesores.com.ar

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Carlos E. Colombo

lunes, 1 de octubre de 2007

¿ Un “buen tipo” o una persona responsable ?

Situación:
Sábado a la mañana. Las 4 divisiones de hockey femenino de un club ubicado en Palermo parten de la puerta del establecimiento a las 7:30 de la mañana. Van a jugar a otro club cercano a La Plata. En el primer turno juegan las chicas de la 7° división (entre 14 y 15 años) y luego las de 8° y 9° (entre 9 y 13 años) , más tarde las de 6° y para finalizar, a las 13:30 hs las de 5°. Toda la delegación viaja en un micro contratado para que las lleve, las espere en el club y luego las traiga de vuelta.
Un padre de una chica de la 7° (la llamaremos, Mariana) que fue a verlas jugar y teniendo en cuenta que su hija tenía mucho que estudiar para la semana siguiente decide llevarla de vuelta en su auto y pregunta si alguna otra compañera quiere volver con él.
Ante la oferta 6 chicas le piden que las alcance al club ubicado en Palermo.
El padre (vamos a llamarlo Tomás) tiene un VW Gol Rural donde entran 5 personas (el conductor, el acompañante y 3 personas en el asiento trasero).

Opciones:
- “buen tipo”: acepta llevar a las 6 chicas y ubica 4 en el asiento trasero y las otras 2 en el fondo de la rural.
- persona responsable: les dice a las chicas que solo puede llevar a su hija y 3 chicas más porque la capacidad máxima permitida es de 5 personas (ya que hay 5 cinturones de seguridad en el auto).

Comentarios:
- acción del “buen tipo”: “Tu viejo es una ‘masa’” / “Qué grande tu papá” / “Tu viejo siempre ayudándonos, que ‘buen tipo’”
- acción de la persona responsable: “Qué mala onda el viejo de Mariana, no quiso llevarnos a todas en el auto y eso que entrábamos bien” / “Al final nos quedamos hasta las 3 de la tarde porque el papá de Mariana solo llevó a 3 chicas y nosotras tuvimos que bancarnos todo el día sin nada que hacer. Si fuera mi viejo, nos hubiese llevado a todas”.

Pregunta:
En una situación de este tipo, ¿Ud. sería un “buen tipo” o una persona responsable ?

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